El anuncio de la Lotería de Navidad trae suerte

Cuando la publicidad española estaba de moda, a finales de los 80 y principios de los 90, todos los publicitarios de España éramos felices. A los consumidores les encantaban nuestros anuncios y en todo el mundo se consideraba a España como una potencia creativa de primer orden. De hecho, no había ni un solo festival internacional de publicidad donde no fuese obligatorio contar con un jurado español.

En esos años yo personalmete fui jurado del Festival de Cannes, del CLIOde New York, del Eurobest y del 4As de Hong Kong. Y también fui presidente de los jurados del Gran Cóndor de Colombia, del Pregonero de Bronce de Costa Rica y del FIAP de Buenos Aires entre otros.

España, junto a Estados Unidos e Inglaterra, formaba parte de las grandes potencias creativas del mundo. Sin embargo, para conseguir ese privilegio no habían contribuido todas las agencias españolas por igual. Ni siquiera las cien primeras de un total de 2.000 agencias existentes en el país.

Había bastado con el trabajo de algunas pocas agencias, que son las que habían ganado los principales premios internacionales que habían dado la fama a la publicidad española. En la década de los 70 fue MMLB la única agencia que ganaba esos premios. En los 80 fueron básicamente RCP y Contrapunto los artífices del éxito. Y en los 90 se sumaron a la fiesta media docena de agencias más.

Sin embargo, toda la industria publicitaria española, más de 2.000 agencias y muchos miles más de creativos publicitarios, nos beneficiamos del éxito de nuestros mejores colegas. Hoy día pasa algo parecido con los creativos argentinos, que gozan de un prestigio que se ganaron a pulso a finales de los 90 y principios de los 2000 algunas agencias como Agulla & Bachetti y algunos creativos como Rodrigo Figueroa Reyes o los hermanos Bayala.

No hace falta que toda la industria sea brillante. Basta con que algunos de sus miembros lo sean de verdad, para que todos se beneficien de ello. Y por eso este anuncio de la Lotería de Navidad es importante. Porque su éxito espectacular salpicará a todos los publicitarios españoles.

Se trata de un anuncio que tiene todo lo que hay que tener para funcionar y gustar.
Es sencillo, cuenta una historia, transmite emoción y consigue la identificación del espectador y su empatía. En definitiva es un anuncio inteligente que gusta a todo el mundo y que devuelve a la publicidad española un poco del prestigio del que estaba tan necesitada. Por eso es un anuncio que trae suerte. Una especie de Gordo de Navidad para todos los publicitarios de España.