Los cambios no evidentes

Es muy fácil ver los cambios físicos de los productos cuando se producen y es muy fácil también imaginar el próximo paso de su evolución.

Aunque un automóvil de 1900 no se parece en nada a uno de nuestros días, los pasos que se han ido dando a lo largo de más de un siglo han sido siempre muy previsibles. Los motores, las ruedas, la carrocería, el confort interior, los combustibles; todo ha seguido una evolución lógica al ritmo de los avances tecnológicos y de las modas que condicionan los diseños.

Lo mismo exactamente podemos decir de los aviones o de los cepillos de dientes, por poner dos ejemplos muy dispares. Muebles, electrodomésticos, productos de limpieza, pañales infantiles, cosméticos, calzado… Todo ha cambiado de la misma manera racional y previsible. Tecnología y diseño aplicados con racionalidad son los únicos secretos, al alcance de cualquiera con dinero para invertir y una pizca de inteligencia e imaginación para adelantarse a la competencia.

Las evidencias en marketing son numerosas y pueden ser aprendidas tanto en las escuelas de negocios como en la simple observación de la realidad cotidiana. Es absolutamente imprescindible estar al día de los cambios que se producen ante nuestros ojos para poder actuar con eficacia en todas las situaciones.

Pero para ejercer con brillantez la gestión empresarial es necesario, además, abrir todas las puertas de nuestra sensibilidad para captar también los cambios que no son evidentes. Se trata de movimientos que ocurren ante nosotros y que transforman con fuerza nuestra realidad, pero que no son fácilmente aprehensibles para todo el mundo.

Hay que estar muy alerta para detectar lo que se esconde detrás de esos pequeños cambios casi imperceptibles que son como una gota de agua que golpea sin cesar un bloque de granito, hasta acabar dejando en él una huella profunda. Su efecto no se ve a simple vista. En apariencia la suavidad del agua no hará nunca mella en el granito, pero todos sabemos que con el tiempo un agujero en la piedra será el testigo de su persistencia.

Atrevernos a imaginar, a deducir los resultados tomando como referencia los cambios no evidentes, nos permitirá entender mejor el mundo de la empresa y, sobre todo, el pensamiento y las previsibles actitudes de nuestros clientes.


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1 Mar 2024
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