El éxito mal digerido

No hay nada peor que el éxito mal digerido. Basta con que uno se crea que ya ha cubierto todas las etapas y llegado a todas las metas, para que en ese mismo momento empiece a debilitarse su poder y su fuerza.

Para mantener vivas nuestras capacidades es preciso tener siempre un objetivo nuevo ante nosotros: una nueva meta que cumplir, un nuevo camino que recorrer.

Tener un éxito no debe ser el final de una etapa sino el comienzo de otra nueva, porque el éxito nos debe servir de estímulo para crecer y fortalecernos. Este pensamiento está magníficamente expresado en el viejo dicho de que no hay que dormirse en los laureles. El éxito es la mejor plataforma para otros éxitos aún mayores.


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29 Dic 2022
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