El poder de las marcas

El poder de las marcas se manifiesta de maneras muy dispares. Nike, por ejemplo, consigue que su famoso logotipo sea identificado por todos, sin necesidad de ligarlo al nombre de la marca, ya que forma parte de ésta de la misma manera que el rostro de una persona es inseparable de la persona misma.

Naomi Klein dice en su famoso libro «No logo» que muchos empleados de Nike se sienten tan identificados con la marca, que llevan tatuado el logo en su propia piel. Y que las tiendas de tatuajes en Estados Unidos afirman que el logo de Nike es una de las imágenes más demandadas por su clientes.

Esa capacidad de conexión entre la marca y su público objetivo deja bien clara la oportunidad que tiene Nike de venderles muchas más cosas que unas zapatillas deportivas.

Como ha dicho en alguna ocasión el propio fundador de Nike, Phil Night, el objetivo de la empresa no es vender zapatillas sino mantener vivos, a través de la marca el espíritu y la magia del deporte. Toda una declaración de intenciones que trasciende la simple venta pura y dura de un producto concreto.