2025: el año en el que volví a hablar contigo… desde todas partes
Si miro atrás y pienso en este 2025, lo que más me queda grabado no está en un evento aislado, ni en una sola conferencia, sino en la conversación continua con miles de personas. Este año no fue solo uno más: fue el año en que el diálogo con mi audiencia creció, se diversificó y se trasladó a lugares que ni yo mismo imaginaba.
TikTok: espacio de reflexión y de escucha real
2025 fue el año en que mi presencia en TikTok dejó de ser un experimento para convertirse en una comunidad real. Alcanzar los 250.000 seguidores —con más de 22 millones de visualizaciones y 4 millones de me gusta— no fue solo un número, fue la confirmación de que pensar y debatir profundamente puede calar incluso en plataformas rápidas y efímeras. TikTok
No solo fue alcanzar cifras: fue entender que, cuando uno comparte ideas con honestidad, incluso en 30 segundos, se construye sentido común colectivo.
Instagram: motivación, viajes y autenticidad
Instagram siguió siendo el lugar donde puedo mostrar otra cara de este viaje profesional y personal: motivación, experiencias de vida y pequeños detalles que conectan con quienes me siguen también fuera de los debates técnicos. Ahí no se trata solo de lo profesional, sino de una presencia más humana y cercana a quienes me leen y me escuchan cada día. Instagram
YouTube: pensamiento extendido y contenido duradero
En YouTube, el año también estuvo marcado por contenido de fondo: reflexiones sobre creatividad, marketing, redes sociales e inteligencia artificial. Tanto en segmentos largos como en shorts, el objetivo fue siempre sumar valor, más allá de cualquier métrica de moda. YouTube+1
Este canal ha sido el lugar para pensar sin prisas, para abrir temas que merecen más que un post o un tiktok, y seguir profundizando con quienes quieren ir más allá de lo superficial.
Cierre de ciclo… y apertura de nuevas formas de hablar
Si tuviera que sintetizar este año en una idea, sería esta: no importa tanto desde dónde hablas, sino cuánto te escuchan. 2025 no fue un año de egos ni de proclamas grandilocuentes; fue un año de conversaciones reales en cada plataforma —de TikTok a YouTube, de Instagram a LinkedIn— y de verificar algo que siempre he defendido: las ideas importan, y cuando se comparten con claridad pueden resonar en muchas latitudes.
Mirando al 2026: más preguntas, menos fórmulas rápidas
Este año que se va me deja dos certezas:
- Siempre hay espacio para pensar, incluso en las redes más rápidas.
- Las audiencias, cuando las tratas como interlocutores inteligentes, responden con inteligencia.
Gracias a todos los que comentasteis, compartisteis, debatisteis y, sobre todo, cuestionasteis conmigo cada tema. Eso es lo que hace que este oficio siga siendo apasionante: no las cifras, sino las conversaciones que quedarán, y los pensamientos que nacen de ellas.
Que paséis unas felices Navidades y nos vemos en 2026 —con más preguntas que respuestas, como siempre.