La publicidad del futuro (que ya está aquí)

Durante décadas, los profesionales de la publicidad hemos intentado entender a las personas. Ahora, son las máquinas las que se empeñan en entendernos a nosotros. La inteligencia artificial ha irrumpido en nuestro oficio como ese nuevo compañero de trabajo que nunca duerme, no se cansa y siempre tiene una respuesta… aunque no siempre sea la correcta.

La automatización basada en IA promete una eficiencia que antes parecía ciencia ficción: campañas que se ajustan solas, anuncios que se generan al instante, segmentaciones que detectan deseos antes de que el cliente los exprese. Pero conviene recordar que, por muy inteligentes que sean los algoritmos, la publicidad sigue siendo un asunto de emociones, no de ecuaciones.

El riesgo es convertirnos en meros operadores de máquinas que hablan entre ellas. Si dejamos que la automatización lo haga todo, perderemos aquello que hace única a una marca: su voz, su criterio, su humanidad. La IA puede ayudarnos a decidir qué decir y a quién decirlo, pero nunca debería decidir por qué lo decimos.

El futuro de la publicidad, por tanto, no es un territorio exclusivo de robots ni de humanos, sino una alianza entre ambos. Las máquinas aportarán precisión y velocidad; nosotros, sentido y propósito. En esa convivencia está la verdadera revolución: una publicidad más inteligente, sí, pero también más consciente.

Porque al final, la tecnología puede hacernos más eficientes, pero solo las ideas seguirán haciéndonos relevantes.


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20 Oct 2025
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