Redes «antisociales»

unbaby-me-chrome-extention-1024x582Hace poco, en un artículo de El País Semanal, Karelia Vázquez hablaba de las redes antisociales, explicando que

Es una clara relación de amor odio, ya que el uso de las redes es voluntario y teóricamente se hace para satisfacer el deseo de relacionarse con los demás; pero genera también cansancio y desgana por el hecho de haberse convertido en una obligación que requiere muchas horas de permanencia ante las pantallas.

Además, esa dependencia de las redes produce importantes secuelas en muchas personas, porque según Karelia Vázquez:

1) Agobia que se nos acerquen amigos inesperados e invasivos.

2) El exceso de interacción nos dispersa y afecta a la memoria y a la concentración.
Inquieta ser juzgados por la corte de seguidores.

3) Nos tienta a maquillar nuestro día a día para dar una imagen más favorecedora de nosotros mismos.

4) Hay un riesgo de depresión por sentirse excluido de algunas citas o por comparar la fascinante vida social o profesional de los otros con la tuya propia.

5) Hay una presión para mantener un ritmo de presencia en las redes que no es cómodo para todos los usuarios.

6) Se corre el riesgo de comportamientos obsesivos.

7) Las rupturas sentimentales son más largas y dolorosas, al disponer de un escaparate para observar constantemente la vida de la ex-pareja.

Como consecuencia de esta situación de hartazgo de las redes convencionales, que sufren ya muchas personas, han surgido multitud de “redes antisociales”, algunas de ellas muy interesantes y útiles. Como por ejemplo Unbaby.me, que saca del muro de Facebook ese torrente inagotable de fotos de bebé colgadas por sus orgullosos padres. O también Cloak, una app que localiza a tus contactos en la calle y te permite así cruzarte con aquellos que no te son gratos.

Las redes antisociales están de moda y han llegado para quedarse. Son un revulsivo para contrarrestar el auge imparable de las otras redes que inundan ya casi todas las áreas de nuestra maltrecha intimidad.